Al pie de la Sierra da Marofa, entre los valles de los ríos Côa y Águeda, que desembocan en el internacional y vecino río Duero, se encuentra Figueira de Castelo Rodrigo, un pueblo de tradición vitivinícola donde se producen vinos de alta calidad. Fue hacia el siglo XII cuando los monjes cistercienses habitaron el Monasterio de Santa María de Aguiar y con sus conocimientos iniciaron el cultivo de la viña y la elaboración del vino. Hoy, la Bodega de Castelo Rodrigo se asume como heredera de este saber y arte. Fundada en 1956, actualmente cuenta con unas 1.050 hectáreas de viñedo en funcionamiento.