El menú está escrito en una pared interior de la casa, y configura un manifiesto diario a favor de la cocina de raíces que aquí se practica. La chef Maria Caldeira de Sousa estudia en profundidad y defiende el patrimonio gastronómico que se traduce en platos ricos y clásicos. Secundada por su esposo, Rui Sousa, la coreografía del servicio, las explicaciones y la alineación de cada comida dan como resultado un aprendizaje inesperado, pero que deja huella. Vale la pena ir con el tiempo, para poder absorber al máximo la clase viva que es la experiencia en la mesa.